viernes, 5 de febrero de 2010

La Educación sin escuela

Objetar la escolarización: La Educación sin escuela

By Andrea Precht Gandarillas


Mientras en todo el mundo se discute cómo mejorar la escuela , un número cada vez mayor de familias decide no esperar más y sacar a sus hijos del colegio.

No es que retarden su entrada o que los retiren temporalmente durante la búsqueda de un mejor establecimiento.

No.

Estás familias objetan el proceso mismo de escolarización asumiendo su responsabilidad en el proceso educativo de sus hijos de modo directo (Cfr. Goiria)

El nombre de esta forma de educar es variado:

La Educación en casa o educación libre (España y Latinoamérica), Home Education (Inglaterra), l’instruction en familla (Francia), scuola familiare (Italia), ensino doméstico (Portugal) o homeschool/unschool (USA).

Sea cuál sea su nombre, esta modalidad educativa comparte dos características:

De un lado, la dimensión doméstica o familiar en la cual se desarrolla el proceso educativo y, de otro, la reivindicación del derecho a educar a sus hijos en el seno de la familia prescindiendo totalmente de la escuela. Es por ello que se le define como "la educación a tiempo completo de niños en casa y en el entorno del hogar, por sus padres, cuidadores o tutores designados por los padres o guardianes" (Petrie en Goiria)

Si bien en Chile esta tendencia es incipiente (hay unas 60 familias educando de este modo) en otros países la cifra es relevante. Por ejemplo, en Estados Unidos se calcula que abarca un 3% de su población escolar (alrededor de 2 millones de niños).

El sociólogo norteamericano Mitchell Steves, en su libro Kingdom of Children, culture and controversy in homeschool movement, plantea que esta tendencia es un movimiento social y colectivo muy diverso en su estilo. Lo interesante de este fenómeno, señala Mitchell, es que abarca a una pluralidad de familias con igualmente variadas visiones de mundo. Las razones comúnmente esgrimidas por los padres y madres para fundamentar su opción van desde motivos pedagógicos hasta explicaciones de tipo religiosas o políticas. En EEUU se suma, a lo ya enunciado, la preocupación por el clima de violencia en las escuelas.

Sin embargo - a pesar de su total diversidad de estilos - las familias que educan en la casa comparten una firme creencia en el potencial individual de los niños, así como, una desconfianza profunda en la escuela. Esta última, entendida como institución total preocupada de la normalización y estandarización de la infancia.

En algunos países, por ejemplo Alemania, la escolarización es obligatoria y los padres pueden arriesgar pena de cárcel por asumir esta modalidad de educación. No son pocas las familias que prefieren asumir el riesgo y objetar igualmente la escuela.

Los detractores de este movimiento cuestionan las posibilidades de inclusión social de los niños educados en sus casas, así como el desarrollo adecuado de sus habilidades interpersonales. Otra crítica apunta a la merma de la experiencia de integración ciudadana para la vida democrática de estos niños. Finalmente, los hay quienes se preocupan por el rol que el estado ha de jugar en la educación de estos niños y cuanto ha de regular este proceso.

Los pocos estudios realizados sugieren que los niños educados en la casa destacan tanto en lo académico como en sus habilidades interpersonales. En países en donde el movimiento lleva ya más tiempo (más de 30 años) encontramos que los educados en casa tendieron a adaptarse bien a las exigencias de los estudios universitarios y evidenciaron un compromiso social y ciudadano mayor que sus pares educados en el sistema formal. Ello puede deberse a muchas cosas: Entre otras, se puede pensar que estas familias que van contra la corriente están dispuestas hacer un gran esfuerzo para ofrecerle a sus hijos e hijas una educación de calidad. Este involucramiento personal pudiera ser un factor explicativo del éxito de estos niños y niñas.

Aún así, desde la perspectiva investigativa, sabemos muy poco de esta controvertida alternativa a una de las instituciones sociales más fundamentales de la época moderna.

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Para saber más:

* Los hipervínculos instalados en el corpus de esta columna llevan a diversos artículos de difusión, reportes de investigación,blogs y asociaciones. Han sido seleccionados para dar cuenta, en lo posible, de la diversidad de miradas respecto de este movimiento.

* Tal vez uno de los más famosos educados en casa, por el éxito de su libro y película, es Christopher Paolini quien a los 16 años publicó Eragon.

* Matías Jaramillo, niño desescolarizado da su testimonio frente académicos y asistentes al Seminario de la Educación en las Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de Colombia. Un niño pequeño que declara con soltura: “Yo siento que el colegio es una fuente de saber muy pequeñita”.

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